La amenaza de un nuevo impuesto a la banca en México pone en el punto de mira a BBVA
En un giro inesperado, el gobierno mexicano ha anunciado la intención de implementar un nuevo impuesto a la banca, lo que ha generado un clima de incertidumbre en el sector financiero. Entre las instituciones que se verían afectadas por esta medida se encuentra el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), que es uno de los principales bancos internacionales con operaciones en México. La amenaza de un aumento en los costos y la posible reducción de ganancias ha llevado a los inversores a poner en duda la sostenibilidad a largo plazo de la entidad financiera en el país.
La amenaza de un impuesto a la banca en México pone en el punto de mira a BBVA
La entidad bancaria española BBVA se enfrenta a una situación complicada en México, donde una posible implementación de un impuesto extraordinario al sector bancario podría afectar directamente sus ingresos y beneficios.
Después de que el presidente de México, Antonio Manuel López Obrador, abandone la presidencia este año, se prevé que Claudia Sheinbaum, la favorita en las elecciones del próximo 2 de junio, asuma la presidencia y herede un déficit fiscal en máximos desde la década de 1980.
Según Financial Times, entre las posibles medidas para enderezar las cuentas públicas se contempla la opción de aprobar un gravamen 'extra' a la banca, un sector con gran predominio de los prestamistas españoles y estadounidenses.
Este impuesto podría ser especialmente perjudicial para BBVA, que tiene una gran presencia en México y depende en gran medida de la evolución de su actividad en el país azteca, que contribuye a la cuenta de resultados en más del 50%.
El 70% de sus ingresos recurrentes se verían presionados por el gravamen, lo que podría afectar su capacidad para mejorar la oferta en su opa hostil contra Banco Sabadell.
Los analistas de Alantra Equities coinciden en que cualquier aumento de la carga fiscal sobre BBVA complicaría la opa.
Además, la implementación de este impuesto ha generado un alud de críticas al Ejecutivo español, que también ha implementado una figura impositiva similar en España, lo que ha generado descontento en el sector bancario.
La principal queja radica en el hecho de que será el único país bajo el paraguas del BCE en el que los bancos tendrán que asumir esta carga más allá de 2024, lo que podría perjudicar el atractivo inversor y limitar el reparto de dividendos.
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