Cataluña ha anunciado su ambicioso proyecto de instalar una desalinizadora flotante en el Puerto de Barcelona con el objetivo de garantizar el acceso al agua de la ciudadanía. Esta innovadora propuesta busca hacer frente a los desafíos que plantea el suministro de agua en la región, especialmente en momentos de escasez. La ubicación estratégica de la desalinizadora en el puerto permitirá obtener agua de mar para su tratamiento y distribución, asegurando así un suministro sostenible y seguro para la población. Sin duda, esta iniciativa representa un paso importante en la búsqueda de soluciones para garantizar el acceso a un recurso vital como es el agua en la región de Cataluña.
Cataluña adquiere desalinizadoras para garantizar el acceso al agua potable en emergencias
El Gobierno de Cataluña, a través del conseller de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, David Mascort, ha dado a conocer la adquisición de 13 desalinizadoras, distribuidas en 12 unidades ubicadas en la Costa Brava y una fija en el Puerto de Barcelona. Esta significativa medida, cuyo valor asciende a unos 100 millones de euros en costos fijos, sumados a los costos variables, asegura el suministro de agua potable para toda la población de Cataluña en situaciones de emergencia provocadas por la sequía.
Tras la celebración de la Comisión Interdepartamental por la Sequía, se ha anunciado la decisión de adquirir estos equipos que resultan vitales para garantizar el acceso al agua en momentos críticos. El conseller Mascort ha comunicado que ocho de las desalinizadoras móviles a ser instaladas en la Costa Brava iniciarán sus operaciones a partir del mes de junio. Por otro lado, la desalinizadora flotante que se instalará en el Puerto de Barcelona tiene previsto entrar en funcionamiento a partir de octubre, en caso de que el sistema Ter-Llobregat alcance el nivel de emergencia II.
Esta importante inversión en infraestructuras hídricas demuestra el compromiso de las autoridades catalanas con la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos, asegurando la disponibilidad de agua potable en momentos de crisis ambiental. La adquisición de desalinizadoras se erige como una medida estratégica para afrontar los desafíos derivados de la escasez de recursos hídricos y garantizar la sostenibilidad en el suministro de agua en la región.
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