Los amantes de la carne curada y embutida pueden respirar tranquilos, ya que un grupo de expertos en la materia ha revelado el secreto para prolongar el sabor de estos productos. La correcta conservación es la clave para disfrutar de salchichas, chorizos y morcillas durante más tiempo, manteniendo su textura y aroma característicos. A continuación, descubriremos las mejores prácticas para almacenar y manipular estos deliciosos alimentos, evitando así la pérdida de su sabor y aroma. ¡Descubre cómo hacer que tus embutidos duren más y mantengan su sabor intenso!
Conserva el sabor: expertos revelan el secreto para prolongar la vida útil de tus embutidos
Los embutidos son uno de los ingredientes más populares en cualquier despensa, ya sea para una comida improvisada, un aperitivo o una cena de picoteo. En la península ibérica, los ibéricos son considerados algunos de los mejores del mundo, por lo que es un delito dejar que se estropeen.
Seguro que has experimentado la frustración de dejar un blister de jamón en el frigorífico y, cuando lo has ido a comer de nuevo, se ha quedado reseco y con puntitos blancos, o tener un chorizo fuera del frigorífico y encontrar la piel con moho. Para evitar que esto te vuelva a suceder, te contamos la manera perfecta para conservar los embutidos.
Cómo conservar los embutidos curados
Si el embutido que deseas conservar es un embutido curado, como el jamón, el chorizo o el lomo, la manera correcta para conservarlos es fuera de la nevera, según la empresa de cárnicas Rodríguez Sacristán.
Este tipo de embutidos se deben conservar en un lugar fresco, seco, con una temperatura en torno a los 15 o 20 grados y que no reciban la luz directa del sol, explican los expertos.
Si ya has abierto el embutido, lo ideal es comerlo cuanto antes, pero mientras tanto debes conservarlo tapando la pieza con un papel film y un trapo, y guardarlo igualmente en un lugar fresco y seco.
Para ir un nivel más allá, puedes untar la zona abierta del embutido con un poco de aceite de oliva o con la propia grasa de la pieza, como en el caso del jamón.
¿Qué ocurre si no tengo una estancia fría y seca?
Si en casa no tienes una estancia fría y seca para conservar estos productos, tendrás que tirar de nevera durante los meses de verano.
En esa situación, lo que recomendamos es guardarlo muy bien envuelto en papel film para que no se seque demasiado. Otra opción es conservarlos dentro de un tupper que cierre herméticamente para que no entre la humedad ni los olores, aconsejan los expertos.
Cómo conservar los loncheados
Si no consumes tanto embutido como para comprar las piezas enteras y eres más de loncheados, también debes tener en cuenta cuál es la mejor manera de guardar estos productos.
Lo ideal es apilar las lonchas y envolverlas correctamente en film transparente. También se pueden conservar en un tupper con cierre hermético, aseguran los expertos de la empresa de cárnicas.
La temperatura a la que guardamos el embutido loncheado debe ser en torno a los 7 grados, por eso, las baldas de la zona superior y central de la nevera son las más adecuadas.
Aunque lo conservemos de la mejor manera, debemos tener en cuenta que deberíamos consumir el embutido en los siguientes cuatro días después de abrirlo y que para disfrutarlo al máximo deberíamos sacarlo de la nevera al menos media hora antes de consumirlo.
Si el embutido que has comprado es loncheado y envasado al vacío, hay que conservarlo en la nevera a una temperatura de entre 5 y 8 grados. Y, como en el caso anterior, debemos sacar el envase de la nevera una media hora antes y abrirlo para que se oxigene y poder obtener todas sus propiedades organolépticas.
Recuerda: Para disfrutar al máximo de tus embutidos, es importante conservarlos de manera adecuada y consumirlos dentro de los plazos recomendados. ¡Apúntate a nuestra newsletter y recibe en tu correo las mejores novedades para disfrutar al máximo del placer de comer!
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