Olivia Colman y Jessie Buckley se unen en una producción que promete hacer reír a carcajadas mientras narra una historia basada en hechos reales que desafía lo convencional. Esta comedia obscena, pero a la vez encantadora, destaca por su originalidad al presentar un relato donde no se dicen cosas bonitas, pero que cautiva con su autenticidad. La combinación de talento actoral de Colman y Buckley promete una experiencia cinematográfica inolvidable, llena de humor irreverente y situaciones inesperadas que mantendrán al público al borde de sus asientos. Esta propuesta desafiante y provocativa llega en un momento en el que la audiencia busca propuestas frescas y arriesgadas que rompan con los esquemas tradicionales. ¡Una comedia que promete no dejar indiferente a nadie!
- Olivia Colman y Jessie Buckley brillan en comedia obscena y encantadora
- Pequeñas cartas indiscretas: la taquillera comedia británica llega a España
- Insultos y humor en 'Pequeñas cartas indiscretas' con Colman y Buckley
- Crítica de 'Pequeñas cartas indiscretas': los bulos y mensajes obscenos del siglo XX
Olivia Colman y Jessie Buckley brillan en comedia obscena y encantadora
El insulto nunca ha sido tan gratuito y al alcance de todos como en la época actual. Las redes sociales ofrecen la posibilidad de poner a parir a cualquiera con un solo clic y nos permiten también escudarnos en el anonimato y en la distancia física entre cada usuario que hay detrás de una pantalla. Pero esto no quiere decir que sea un invento de nuestra sociedad, pues el escarnio y el linchamiento público son prácticas tan antiguas como nuestra propia historia.
Pequeñas cartas indiscretas: la taquillera comedia británica llega a España
Pequeñas cartas indiscretas, la nueva comedia de Thea Sharrock nos lo demuestra al contarnos la historia de dos vecinas de un pequeño pueblo enfrentadas por unas cartas ofensivas y sin autoría. Estas dos mujeres están interpretadas por Olivia Colman y Jessie Buckley, dos actrices muy habituales en el cine británico e internacional y adecuadas para la tarea de lanzar improperios y hacer reír al mismo tiempo.
Insultos y humor en 'Pequeñas cartas indiscretas' con Colman y Buckley
En la localidad de Littlehampton, al sur de Inglaterra, la devota Edith Swan (Olivia Colman) comienza a recibir mensajes obscenos y llenos de insultos. No duda en acusar a Rose Gooding (Jessie Buckley), una vecina de origen irlandés que vive con pasión y libre de ataduras. El conflicto está servido, y solo Gladys Moss (Anjana Vasan), la primera agente de policía en la historia de Sussex, tratará de resolver el misterio sin asumir que Gooding es la culpable, como hacen el resto de habitantes.
Pequeñas cartas indiscretas ya se ha convertido en la comedia británica más taquillera de los últimos años en el Reino Unido. A España llega este 5 de abril para intentar probar su éxito en nuestras fronteras. Tanto Colman como Buckley se lo pasaron bien en el rodaje, y esperan conseguir el mismo efecto en la audiencia.
Si conseguíamos que alguien de nosotras riera, sabíamos que había funcionado, o cuando todo el equipo se reía por detrás, afirmó Colman en una entrevista con Forbes.
Gladys Moss, el personaje que interpreta Anjana Vasan, también es víctima del patriarcado, y un puente entre las dos protagonistas, como ella misma aseguró en la entrevista.
Crítica de 'Pequeñas cartas indiscretas': los bulos y mensajes obscenos del siglo XX
Timothy Spall encarna al padre anciano de Edith. Él es una de esas figuras que representan el machismo de la época. La naturaleza explícita y pornográfica de las cartas tratan sobre la represión sexual (de Edith) y el hecho de que no se puede expresar por sí misma. Viene de la opresión de la sociedad, de su padre y de ella misma, de la manera en la que se retrata como una mujer piadosa que vive en una mentira, explicó el actor.
Pequeñas cartas indiscretas, dirigida por Thea Sharrock y con guion del cómico Jonny Sweet, está basada en hechos que sucedieron en 1920 y que captaron la atención de la prensa.
Las auténticas Edith Swan y Rose Gooding fueron vecinas y amigas durante un tiempo hasta que la convivencia empezó a truncarse. Un día, Edith recibió la primera de muchas cartas obscenas y anónimas en las que era insultada y degradada. Estas misivas pasaron también a estar destinada a otros miembros de su familia y gente relacionada con ellos. Afirmó que Rose era la autora y la denunció a las autoridades.
Rose fue condenada a doce meses de prisión sin poder probar su inocencia. Cuando la liberaron, los escritos volvieron a aparecer. Volvió a la cárcel en una segunda ocasión, pero un libro con la misma letra que la que aparecía en las cartas se encontró al mismo tiempo. Si alguien había escrito mientras ella estaba encarcelada, significaba que el responsable era otro. Tras una ardua investigación del inspector George Nicholls, se concluyó que la autora había sido Edith desde el principio, insultándose a sí misma y a su familia con tal de perjudicar a Rose.
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