En el marco de una transformación histórica, un convento del siglo XVII se ha convertido en un Parador único que cautiva a sus visitantes con una propuesta excepcional. La iglesia del convento ha sido reimaginada como un restaurante, fusionando la arquitectura sacra con la gastronomía contemporánea. Este hito arquitectónico y cultural representa un testimonio vivo del pasado, donde los huéspedes pueden sumergirse en la historia y disfrutar de una experiencia culinaria inolvidable. El Parador, que ahora ocupa este enclave único, ofrece a sus visitantes la oportunidad de vivir una estancia inolvidable en un entorno único y emblemático que combina a la perfección el patrimonio histórico con el confort y la excelencia de un servicio de calidad.
Convento del siglo XVII en Lleida se convierte en Parador con restaurante en iglesia
En pleno centro de la ciudad de Lleida se alza un edificio de aspecto imponente que esconde una larga historia entre sus muros. El convento del Rosario (convent del Roser) se levantó en el siglo XVII y a día de hoy acoge uno de los 97 Paradores de esta red de alojamientos que se extiende por todos los rincones de España. El Parador de Lleida destaca por conservar la estructura histórica del convento, al mismo tiempo que ofrece instalaciones y servicios modernos a sus clientes.
Historia y modernidad se fusionan en el Parador de Lleida en un entorno único
El convento del Rosario inició su construcción en el año 1669, originalmente como el convento de Santo Domingo, sede del Convento de Predicadores de la orden de los Dominicos. En 1707, durante el sitio de Lérida, el edificio fue incendiado por las tropas borbónicas, falleciendo 700 personas que se encontraban refugiadas en su interior.
A principios del siglo XIX, el convento fue desamortizado y se convirtió en la sede de instituciones culturales y educativas como la Facultad de Derecho y de Letras de la Universidad de Lérida, el Museo de Arte Jaime Morera y la Escuela Municipal de Bellas Artes de Lérida.
Tiempo después, en 2003, se decidió remodelar el convento para convertirlo en un hotel, el Parador de Lleida. El alojamiento, inaugurado en 2017, conserva la esencia histórica del edificio religioso y cuenta con 53 habitaciones distribuidas alrededor de un bonito claustro central de tres pisos.
El hotel ofrece salas comunes profusamente decoradas, gimnasio, salas polivalentes para reuniones de empresa y un garaje. Además, dispone de un restaurante ubicado en la antigua iglesia, llamado L'Aplec, que ofrece deliciosos platos de la cocina catalana de interior, con productos locales como caracoles, embutidos, verduras de la huerta o pato.
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