En el corazón de Alemania, existe un lugar único en su tipo, conocido como Neuhardenberg. Esta pequeña localidad, fundada en el siglo XIX, tiene una historia emocionante y conmovedora. Fue creada por un sacerdote visionario, que se propuso brindar un refugio y atención especializada a personas con discapacidad intelectual. Esta iniciativa pionera permitió que aquellos que eran marginados por la sociedad encontraran un lugar donde sentirse valorados y apoyados. En este artículo, descubriremos la fascinante historia detrás de Neuhardenberg, un verdadero oasis de inclusión y amor.
El pionero 'Pueblo' alemán que creó un sacerdote para atender a personas con discapacidad intelectual
En el corazón de Alemania, en la Baja Sajonia, se encuentra Neuerkerode, un lugar pionero en la atención a personas con discapacidad intelectual. Fue creado en el siglo XIX por un sacerdote protestante, Gustav Stutzer, un médico y una filántropa, con la idea de brindar un proyecto de vida a personas que, en aquel entonces, eran marginadas por la sociedad.
Un modelo innovador en su época
Neuerkerode no fue diseñado como un modelo residencial común, sino como una pequeña ciudad donde las personas con discapacidad intelectual pudieran vivir, formarse y trabajar junto a personas sin discapacidad. Esta iniciativa revolucionaria permitió a las personas con discapacidad intelectual tener un proyecto de vida autónomo, apoyadas por personas sin discapacidad.
Un lugar donde la inclusión es posible
Hoy en día, cuando se busca una sociedad más inclusiva, el modelo de Neuerkerode puede parecer obsoleto y segregador. Sin embargo, muchos defienden que es un modelo válido para aquellas personas para las que una gran ciudad puede resultar un hábitat demasiado hostil. El escritor y dibujante Mikael Ross, autor de la novela gráfica Aprendiendo a caer, que narra la historia de Neuerkerode, coincide en que este lugar es un ejemplo de inclusión y autonomía para las personas con discapacidad intelectual.
La vida en Neuerkerode
En Neuerkerode viven 840 personas adultas con discapacidad intelectual o pluridiscapacidad, 20 menores con discapacidad y unas 1.000 personas sin discapacidad que trabajan allí. Las personas con discapacidad viven en viviendas que pueden decorar a su gusto y son consideradas ciudadanas del pueblo de pleno derecho, no pacientes o simples residentes.
En Neuerkerode, las personas pueden simplemente vivir, formarse, hacer talleres de todo tipo y trabajar, tanto en programas de prácticas como trabajos remunerados, todo ello adaptado a las capacidades de cada uno. También disponen de programas de ocio donde dar rienda suelta a aficiones como la música, el teatro, el arte, tiempo libre, deporte.
Un enfoque holístico de la vida
Además de residencias, centros para formarse, ocio y deporte, Neuerkerode cuenta con servicios como terapias, asistencia médica y cuidados profesionales, lo que la convierte en una gran fuente de empleo para la zona, e incluso de formación y de investigación. El objetivo es que las personas que allí viven puedan participar en la vida social, cultural y social con asistencia y basada en sus necesidades.
Neuerkerode también ofrece un servicio de atención a las familias, apoyo psicológico si lo necesitan y hasta un servicio eclesiástico. Todo un enfoque holístico de la vida que intenta dar respuesta a todas las necesidades vitales de las personas.
Como afirma Mikael Ross, en Neuerkerode, yo he visto personas con hobbies, pareja, trabajo…. En definitiva, personas con un espacio para desarrollarse como tales sin limitaciones y sin tener que depender de su familia cercana.
Deja una respuesta