La ciudad de Barcelona ha anunciado una iniciativa ambiciosa para impulsar la sostenibilidad energética a través de un plan de inversión de 32 millones de euros destinados a triplicar la energía fotovoltaica municipal. Este proyecto pionero se enmarca dentro de la estrategia de la ciudad por reducir su huella de carbono y promover el uso de energías renovables. La apuesta por la energía solar no solo contribuirá a la protección del medio ambiente, sino que también posicionará a Barcelona como un referente en la transición hacia un modelo energético más limpio y sostenible. Se espera que esta inversión genere un impacto positivo en la economía local, fomente la creación de empleo verde y potencie la autonomía energética de la ciudad condal.
Barcelona triplicará energía fotovoltaica municipal con 32 millones de inversión
El Ayuntamiento de Barcelona ha dado un paso al frente en su compromiso con la descarbonización de la ciudad y la consecución de la neutralidad en 2030. En este sentido, se ha anunciado que se triplicará la energía fotovoltaica municipal con la instalación de 384 placas en el Institut Cantons, ubicado en el barrio de Poblenou, Barcelona. Estas placas generarán una potencia de 19.244 kWp y representan una inversión de 32 millones de euros.
Para llevar a cabo este ambicioso proyecto, el gobierno de Jaume Collboni aprovechará diversos espacios y equipamientos públicos, tales como fachadas, muros, infraestructuras de movilidad y pérgolas. Esta medida se presentará en el plenario municipal que se celebrará este viernes, con el objetivo de acelerar el proceso de generación de energía renovable en la ciudad.
Esta iniciativa forma parte de la estrategia de Barcelona para combatir el cambio climático y promover un modelo energético sostenible. La instalación de placas fotovoltaicas en el Institut Cantons es solo el primer paso de un plan más amplio que busca reducir la huella de carbono y fomentar el uso de energías limpias en la capital catalana.
Con esta importante inversión y la apuesta por la energía solar, Barcelona se posiciona como una ciudad pionera en la transición hacia un futuro más sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Se espera que esta medida tenga un impacto significativo en la reducción de emisiones de CO2 y en la promoción de un desarrollo urbano más verde y responsable.
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