El referéndum 'a la escocesa' se ha convertido en un modelo que inspira al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, para que los catalanes voten sobre la independencia. Esta iniciativa plantea la posibilidad de realizar una consulta popular vinculante en la que los ciudadanos de Cataluña puedan decidir su futuro político de manera democrática y pacífica. La propuesta se basa en el referéndum celebrado en Escocia en 2014, en el que se permitió a los escoceses votar sobre la independencia de su país. Ahora, Aragonès busca implementar un proceso similar en Cataluña, generando un debate sobre la autodeterminación y el derecho de los pueblos a decidir su propio destino. Este enfoque ha despertado tanto apoyos como críticas, pero sin duda representa un paso importante en el camino hacia la búsqueda de soluciones dialogadas y consensuadas.
Aragonès se inspira en el referéndum escocés para la independencia catalana
El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, se ha inspirado en el referéndum de independencia celebrado en Escocia durante 2014 como modelo para resolver el conflicto político entre España y Cataluña.
El referéndum escocés fue un proceso acordado entre el Gobierno de Escocia y el Reino Unido, permitiendo que la pregunta sobre la independencia figurara de manera clara. De manera similar, la propuesta de Aragonès incluye una pregunta directa: “¿Quiere que Cataluña sea un Estado independiente?”.
Aragonès defiende la necesidad de celebrar una consulta de autodeterminación pactada con el Gobierno, en conformidad con el Artículo 92 de la Constitución española, que establece la posibilidad de someter decisiones políticas relevantes a referéndum consultivo.
¿Cómo será el referéndum 'a la escocesa' propuesto por Pere Aragonès?
El presidente de la Generalitat aboga por organizar una consulta que cumpla con todas las garantías legales, en contraposición al referéndum unilateral celebrado en Cataluña en 2017. En el caso escocés, con una alta participación del 84,6%, el rechazo a la independencia prevaleció con el 55,3% de los votos, mientras que los partidarios de la secesión alcanzaron el 44,7%.
El Gobierno central rechaza la propuesta de referéndum planteada por Aragonès, vinculándola con el contexto electoral en Cataluña y destacando la importancia de respetar el marco legal establecido para este tipo de procesos.
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