El exciclista alemán, Jan Ullrich, ha sorprendido al mundo del deporte al revelar en una entrevista sus prácticas de dopaje durante su carrera profesional. Ullrich confesó que bebía whisky como agua y consumía cocaína para mejorar su rendimiento físico, arrojando una sombra de controversia sobre su trayectoria en el ciclismo. Estas declaraciones impactantes han generado un debate acerca de la ética deportiva y la integridad de los atletas, planteando interrogantes sobre la lucha antidopaje en el mundo del deporte profesional. La confesión pública de Ullrich ha puesto de manifiesto la presión y las tentaciones a las que pueden enfrentarse los deportistas de élite en su búsqueda de la excelencia deportiva.
Jan Ullrich confiesa sus prácticas de dopaje: Whisky y cocaína en su rutina
Jan Ullrich, ganador del Tour de Francia de 1997 o La Vuelta de 1999 y oro olímpico en Sídney en la modalidad de ruta, fue uno de los grandes ciclistas de los años noventa y los primeros años del s.XXI. El alemán fue reconocido por ser el 'segundón' tras Lance Armstrong, y por sus múltiples episodios polémicos en su vida personal. Movistar Plus+ emite el martes 2 de abril un reportaje sobre Ullrich, en el que el ciclista relata su 'etapa más dura'. Bebía whisky como si fuera agua y consumía cocaína, comenta el alemán para las cámaras de Vamos.
Esta pieza aborda algunos de sus episodios más controvertidos, y detalla el método de dopaje del ciclista, que no duda en reconocer su culpabilidad: Cuando te la reinyectan [una bolsa de sangre] notas un subidón.
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Este reportaje llega como un nuevo paso de Ullrich en su camino de redención mediática, tras haber protagonizado el documental de Amazon Prime: Jan Ullrich - Der Gejagte, en el que el exitoso deportista narra sus mayores victorias y admite sus grandes derrotas: “Quería ver crecer a mis hijos, y gracias a Dios ahora me encuentro bien. Hace cinco años estaba en lo más profundo, muy profundo.
El alemán asegura haber dado un giro a su vida: El detonante para contar mi historia fue el profundo abismo que casi me cuesta la vida, donde perdí mucho. Cuando recuperé las fuerzas se me abrieron los ojos y me di cuenta de que tenía que cambiar mi vida. Ahora estoy feliz, me siento bien.
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El deportista asegura que, en un principio, no habló sobre sus problemas con las drogas por el consejo de sus abogados: Seguí sus consejos, pero sufrí las consecuencias durante mucho tiempo. En 2006 no podía hablar porque no quería quedar como un traidor. Si hubiera hablado, habría arrastrado a mucha gente conmigo. No fue fácil permanecer en silencio durante tantos años. Mi pasado pesaba mucho en mi alma, relata Ullrich.
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