La extraña realidad de Jana Errando: ¿qué ocurre cuando no existes en registros oficiales?
Todos sabemos que renovar el DNI es una tarea relativamente sencilla. Solo es necesario pedir cita y acudir con una foto de carné reciente. Sin embargo, en el caso de Jana Errando, la experiencia ha sido una completa odisea.
Todo comenzó cuando ella tenía 14 años. Al hacerse el DNI por primera vez, descubrió que aunque había nacido el 14 de diciembre, en el registro ponía el 12 de ese mismo mes. A pesar de intentar rectificarlo, poco pudieron hacer. No se volvió a tocar el tema, aseguró, hasta hace un año.
No existo. No estoy registrada en el Registro civil. No hay rastro de mi nacimiento, de mi existencia
La joven, que actualmente vive en Barcelona, nació en Valencia, y lleva ya un año intentando contactar con el registro civil para poder modificar la fecha de su nacimiento. Tanto vía telefónica como por correo, la respuesta siempre es la misma: Jana Errando no consta en el Registro Civil de Valencia.
Por eso, no le quedó más remedio que pedirle ayuda a su tía, que sí que vive allí. Se ponen a buscarme y no aparezco. Y justo cuando mi tía se levanta que se está yendo, la chica le dice 'espera, que ya le he encontrado. Por nombre no me aparece, pero por tomo sí que me sale una Jana registrada en esa página, explicó.
El motivo por el que no aparecía era el nombre. En lugar de Errando ponía Errado. No solamente mi nombre, el apellido de mi madre, que es Monje, lo habían escrito con g.
Además, su fecha de nacimiento, que sí que ponía 12 de diciembre, pero sin año. No se sabe en qué año nací. No solamente no me llamo como me llamo, mi madre no es mi madre, sino que no se sabe en qué año he nacido.
Un caso sin precedentes
Aunque aquí no acaba la historia, porque no puede demostrar nada sin el dictamen de una jueza, ya que desde el hospital han eliminado todos los registros de antes del año 2.000 porque ocupaban mucho sitio y nadie se ha preocupado por digitalizarlos.
No hay registro de que yo naciera, explicó, lo más probable es que me tenga que quedar con el día 12 para siempre.
La historia de Jana Errando es un caso sin precedentes, que nos hace cuestionarnos la importancia de la identidad y la documentación oficial en nuestra sociedad.
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