En el ámbito de la experiencia del consumidor, la ausencia de relojes en los centros comerciales juega un papel crucial y estratégico que a menudo pasa desapercibido. Esta peculiaridad arquitectónica y de diseño no es fruto del azar, sino de una cuidadosa planificación destinada a influir en el comportamiento y la percepción del tiempo de los visitantes. La omisión deliberada de relojes en estos espacios de consumo masivo tiene como objetivo fomentar la inmersión del individuo en un ambiente atemporal, donde las horas transcurren de manera imperceptible, impulsando así la permanencia y la exploración de las ofertas comerciales. A través de esta estrategia, los centros comerciales logran crear una atmósfera envolvente que estimula el consumo y favorece la prolongación de la estadía de los visitantes, revelando así una faceta sutil pero poderosa de la psicología del consumo.
La estrategia detrás de la ausencia de relojes en los centros comerciales
El concepto de centro comercial, donde tienes cientos de tiendas, restaurantes y entretenimientos concentrados en el mismo sitio, bajo techo y con sitio para aparcar, es uno de los más arraigados en nuestro modo de vida occidental. Pero en ellos, estén donde estén, se suele dar una coincidencia: no hay relojes visibles. ¿Por qué? En parte, la respuesta es que no es casual, que está pensado, y que tiene que ver con la psicología.
En declaraciones recogidas por el Mirror, la psicóloga Laura Geige dice que esto se hace a propósito, en una estrategia meticulosamente elaborada basada en la psicología del consumidor. Los centros comerciales están diseñados para ser universos autónomos donde el concepto de tiempo se manipula sutilmente, añade la experta. La omisión deliberada de los relojes es un elemento estratégico de la psicología ambiental, cuyo objetivo es desconectarte del paso del tiempo, dice.
Primark abrirá en febrero una nueva tienda en Madrid: será la número 61 en España y la 440 en todo el mundo
En términos simples, la teoría es esta: cuanto menos consciente seas del tiempo que pase, más tiempo estarás comprando; por lo tanto, más dinero terminarás desembolsando. Los centros comerciales no son los únicos lugares que utilizan este truco, que a menudo se conoce como distorsión temporal. Un ejemplo clásico de este dispositivo psicológico se puede encontrar en los casinos de Las Vegas.
Bill Friedman, ex adicto al juego y autor de Casino Management, dice que los casinos en Nevada originalmente tenían relojes en su interior, pero fueron retirados rápidamente después de que los jugadores se quejaron. De hecho, un casino que fue construido con un lateral cubierto de vidrio perdía a entre el 85 y el 90% de los clientes cuando el sol comenzaba a salir de madrugada. Es por eso que a menudo no se suelen ver grandes ventanales en los casinos o en los centros comerciales, porque oscurecer cualquier sentido del tiempo o la normalidad puede disuadir a la gente de gastar más.
Deja una respuesta